miércoles, 28 de noviembre de 2007

PARTES DE UN TODO 4

Estudiaba todas y cada una de las posibilidades que su experiencia le permitía. Para él, era imposible apartarse de aquel magnífico torso abandonado. Se había propuesto firmemente que no descansaría hasta que aquella vieja pieza de mármol lograse reflejar el mismo brillo que el de las nuevas campanas de la iglesia fabricadas en oro macizo. Sin embargo, a pesar de su esfuerzo, no lograba encontrar la fórmula exacta que necesitaba.
Un día, caminando por la playa, el sol apareció entre las nubes. Era el primer día de la inminente primavera, entonces renunció, la silueta pálida y desgastada de aquella mujer desconocida debía sumergirse definitivamente en el mar, junto al escultor.

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